¿Qué son los PODERES FÁCTICOS?
Por: José Luis Sierra V.
Los grupos que detentan y ejercen PODERES FÁCTICOS en México (poder, de hecho, no “de derecho”) se conformaron al amparo del PRESIDENCIALISMO: el sistema de poder que dominó la política y la sociedad mexicana por más de 60 años (de mediados de los 30’s a finales de los 90’s).
El poder omnímodo del “señor Presidente” se apoyaba en una serie de sectores, de grupos y personajes, como los gobernadores, los militares, la cúpula empresarial y financiera, el grupo que controlaba el corporativismo obrero, la dirigencia del PRI, los personeros del capital extranjero y la alta jerarquía católica. Pero, de ese apoyo, los “grupos de poder” derivaban privilegios, pues al cumplir funciones de “correas de transmisión”, actuaban en doble sentido: de “ida y vuelta”.
Al entrar en crisis el PRESIDENCIALISMO algunas de sus columnas de apoyo entraron también en crisis (vgr. el PRI, las centrales obreras) pero otros grupos e instituciones cobraron autonomía, ampliando su campo de influencia sobre el ejercicio de PODER PROPIO. Poder que no es “reflejo” del poder presidencial y que TAMPOCO ENCUENTRA LOS CONTRAPESOS y las limitaciones que tenía antes.
El caso de los dueños de TELEVISA y TELEVISIÓN AZTECA (cuyo poder y métodos de ejercerlo quedaron a la vista de todos durante el proceso de imposición de la LEY TELEVISA al Congreso de la Unión) es sin lugar paradigmático, pero no es el único caso de PODERES FÁCTICOS que han cobrado autonomía y fuerza ante la crisis del modelo PRESIDENCIALISTA.
Otros PODERES FÁCTICOS que han visto crecer su influencia son: los militares; la jerarquía católica; los gobernadores en sus estados y algunos de ellos en el entorno nacional (casos Nuevo León, Estado de México); la cúpula financiera del país (los “30 poderosos” a los que se refirió con cinismo don Agustín Legorreta); los intereses de los Estados Unidos internalizados (vgr. Tony Garza-Grupo Corona-TELEVISA) y las presiones externas de su Gobierno (declaraciones de Alan Greenspan en el momento estratégico); los “clusters” internacionales; y, desde luego, los “barones de la droga”, cuyos tentáculos alcanzan al complejo sistema de blanqueado de dinero y al contrabando de armas, de mercancías y de personas.
Si bien es cierto que la dirigencia sindical ya no cuenta con la estructura corporativa de la CTM o del Congreso del Trabajo, se ha demostrado que los sindicatos de empresa o sindicatos “nacionales” mantienen el control en sus ramas, como es el caso de los Mineros, Electricistas, Telefonistas, Universitarios y Petroleros, del Sindicato del Seguro Social y, el caso excepcional del SNTE: que además de controlar en todo y con todo el aparato educativo, ejerce poder real en la estructura gubernamental toda y sobre amplios sectores de la sociedad (Partido Nueva Alianza y ONG’s, medios de comunicación, etc.).
Mérida, Yucatán; 15 de junio del 2007.
México desde Yucatán 
Creo que hay que distinguir entre el concepto «grupo de presión» y el de «poder fáctico». El primero lucha por la defensa de sus intereses gremiales, ejerce su fuerza de una manera abierta, no necesariamente apegada a la ley. El otro, controla y reprime cualquier manifestación de desafío a su hegemonía; tiene la fuerza para desafiar a los poderes establecidos e imponerse a ellos mediante el terror, la violencia, el chantaje y la intimidación. Si se realiza esa distinción, se verá con mayor claridad la amenaza que representa para la sociedad y el estado mexicanos el crimen organizado y _hasta la decisión de la SCJN- los grupos de control de la radio y la televisió abiertas.
Dulce María Sauri